jueves, 24 de mayo de 2012

LAS NIEVES DEL KILIMANJARO



Por: Pilar Alberdi

Las nieves del Kilimanjaro, película francesa del director Robert Guediquián cuenta en su reparto con Ariane Ascaraide como Marie Claire, Jean Pierre Darrussin como Michel, en los papeles principales.
Esta película es especial. Creo que nadie podrá salir del cine sin emocionarse, y sin que se le humedezcan los ojos.
Por el argumento sabremos que estamos en una ciudad portuaria francesa. Todos los días entran y salen barcos. Hay astilleros, pero también una grave crisis económica, igual que la vive España. La historia se centra en un padre de familia que pierde su trabajo. No es un padre ni una familia cualquiera porque tienen sus convicciones sociales y políticas y han luchado por ellas.
Lo que la película nos va a decir una y otra vez, es que no es fácil ser consecuente con las ideas que sustentamos, y lo peor... que aunque muchas veces para mantenerlas hemos sufrido, otros no nos lo reconocerán.
Fui a ver la película, la verdad es que el título no me atraía, porque un escritor que conozco la recomendó en su blog. No suele ser lo habitual en él, recomendar películas. Eso me llamó la atención y, además, conozco un poco sus lecturas, es traductor y conoce bien la literatura de otros siglos.
Me dije: «Tengo que ir». Así que intenté convencer a mi pareja. Y a él, le sucedió lo mismo, enseguida pensó que sería un remake de otra película del mismo nombre...
No estoy segura de que esta película pueda interesar del mismo modo a personas jóvenes o mayores. No lo sé, por eso no me atrevo a afirmarlo, pero a aquellos que ya tengan más de 40 les gustará, y a los que pasan de los 50 años de edad... ¡Oh, bueno...! Será como ponerles delante un espejo del que no podrán salir indemnes. ¿En qué hemos creído? ¿Por qué hemos creído en ello? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a defenderlo? Hemos trabajado toda una vida... ¿Para qué? Y si además de ser un trabajador hemos sido un sindicalista...
Hum... Todavía me parece oír la canción que se repite en la película... De verdad, creo que deberían ir al cine y ver esta película. No es París, pero es Marsella. Y es sincera.

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