miércoles, 30 de marzo de 2011

EL CISNE NEGRO (Y EL BLANCO)




Por: Pilar Alberdi

Hoy, aproveché un rato libre de la mañana para leer opiniones sobre esta película. Encontré un popurrí curioso, desde quien considera al personaje de la bailarina «un ser perturbado», «frigida» que es un término que se ha utilizado en la promoción, hasta quien dice que es una «película oscura», «la cumbre del terror», y muchas más definiciones. En realidad nadie está equivocado. La mayoría opina que es un thriller. Y me parece que esta palabra, thriller,convertida en signo, es decir en símbolo, últimamente acapara cualquier definición de película o libro que se quiera poner a la venta. Ella, por sí sola, parece garantía de éxito y ventas. Pero ¿es un thriller? Lo que sí hay aquí, sin ninguna duda, es un drama familiar, aunque quede desdibujado o mezclado con la dura rutina de una bailarina que desea conseguir un objetivo que asume como suyo: llegar a ser la primera figura de un ballet. La película permite también comprender la dureza, la dedicación que exige este arte, a tal punto que, por momentos, casi roza el masoquismo o la tortura. Se muestra, además, la competencia entre las aspirantes; las expectativas que el director vuelca sobre ellas con su dosis de provocación, sexo, desprecio, y olvido. Pero el verdadero drama de esta historia, no es ese; es la relación madre-hija, que impone a la segunda, de una manera inconsciente, cumplir con los sueños frustrados de la primera. Por una parte, tenemos: dominación-agresión, (papel que también es asumido por el director del ballet), por otro y como respuesta, sometimiento-autoagresión, y por fin, comprensión-liberación.
La protagonista sólo tiene una manera de vencer para escapar de la tiranía, de culpabilización, e incluso de la frigidez que le ha sido impuesta por la madre. A ese fin sirven una de las compañeras del ballet, el director, su propia comprensión, y la figura del cisne negro. La bailarina fue una hija dócil, buena y obediente, cumplió con todo lo que le exigió su madre; pero sólo cuando logra aceptar el lado oscuro, precisamente aquel que le ha sido impuesto desde su nacimiento, mejor dicho, desde el conocimiento de su gestación, es cuando encontrará el sentido de su lucha y luego de su paz, aunque en la película esta paz sea dramática. Nina, la joven bailarina, accede, por fin, a su polo opuesto, lo reconoce, deja de temerlo y lo asume como propio aunque sea en medio de alucinaciones.
En la vida real, encontrar en nosotros mismos el polo opuesto de lo que somos, aquel que nos disgusta y despreciamos porque lo hemos sufrido o vivido en las personas que nos rodeaban en nuestra niñez y adolescencia, es decir, en la época en que éramos más vulnerables, resulta siempre revelador. Es aceptar que ya no tenemos obligación de ser como otros han decidido que seamos. Es, de alguna manera, rebelarse, madurar.
Quienes hayan tenido personas autoritarias a su alrededor, pero no han asumido como propia esa manera de ser, es muy probable que busquen amistades, compañeros de actividades, o parejas de este tipo, de una manera tan inconsciente, que cuando alcancen a verlo, ya será tarde. Y si después de una primera unión y ruptura, aún siguen sin comprender el mecanismo que las lleva a buscarlas (el amor primigenio a la figura materna,paterna o sus equivalentes,al margen de sus capacidades de dar amor) volverán a repetir el mismo proceso, y a equivocarse nuevamente.
No sé si alguien ha dicho de esta película que es la historia de un triunfo. Pero metafóricamente lo es, pese a su infeliz desenlace. Es el triunfo del reconocimiento. El cisne blanco y el negro tienen que ir unidos, tienen que saber convivir juntos, para que una parte no se vea en la necesidad de vencer o destruir a la otra . De este reconocimiento, sin duda, nace el difícil equilibrio del que dependen muchos de los actos de nuestra vida.

Ficha técnica: el director es Darren Aronofsky, y en los papeles protagonistas las actrices Natalie Portman, Mila Kunis, Bárbara Hershey, y el actor Vincent Cossel.

"NO ES FÁCIL" (TERAPIA DE PAREJA)




Por: Pilar Alberdi

Lo reconozco: disfruté esta película. No la vi en el cine. Pero sí esta semana. La pasaron en uno de los canales de televisión por los que mi esposo pasó haciendo zapping. Él, que ya la había visto... Me llamó. La vimos juntos.
¿Les dije que este mes cumplimos 36 años en pareja...? Pero claro, si sumamos que nos conocemos desde niños... Una vida. Mejor dicho: dos. Juntos. Siempre juntos.
La publicidad de la película un acierto: «No es tan fácil. Primero viene el matrimonio. Luego llega el divorcio. Y después...» El reencuentro, y después... Esta última frase es la síntesis de la película con una Meryl Streep, siempre sorprendente, capaz de mostrar de un instante a otro, tantos sentimientos. A su lado el actor, Alec Baldwin.
La sinopsis lo explica todo. Pero no les voy a dejar aquí, el resumen. Les voy a contar, sí, una frase fundamental que se dice en esta película, y que, aparentemente, podría ser la solución a muchos matrimonios fracasados. La diré, como la recuerdo en este momento: «Si la mayoría de los matrimonios que se separan, se reencontrasen diez años después, con toda seguridad podrían reanudar su vida en pareja». Evidentemente, la película se encarga, no la quiero contar aquí, por si alguien más no la ha visto, de mostranos ese posible desarrollo y sus consecuencias: para bien y para mal.
Pongamos edades. Los treinta años de antes que ahora, para una gran mayoría de parejas europeas, se torna la cuarentena, esa edad en que uno está agobiado por multitud de tareas: los hijos, la necesidad de sacar adelante una familia en una sociedad de duro mercantilismo donde en cuanto te descuidas puedes ser víctima del paro. La palabra «hijos», dicha así, fijaros bien, tan solo la forman cinco letras, dos vocales, tres consonantes, nada, casi no parece decir mucho, pero ¡hay que ver cuánto dice! Hay que atenderlos, cuidarlos, mimarlos... ¿No es para eso que los trajimos a este mundo? Hay que hacerlos felices, darles su tiempo para madurar... Estar a todas horas para ellos. Que nadie los moleste, que les vaya bien en el colegio... Que podamos llevarles al parque para jugar; contarles un cuento por la noche... Y se nos va pasando la vida de una manera tan ocupada, que si hay un momento en que se reclama "¡un poco de tiempo, por favor, para volver a ser aquellos jóvenes de antaño!" , es decir, tiempo personal, en una etapa en que uno ya se olvidó qué era eso entre llantos, pañales, biberones, y horas de dormir al bebé. Si a esto se suman problemas en el trabajo, padres mayores que pueden necesitar ayuda, disparidad de horarios, y esas otras mil cosas que hay en la vida... Ocurre, lo inevitable. Uno se olvida de actividades que realizaba antes en pareja, porque no puede, porque no tiene tiempo, porque está agotado, o porque se ha olvidado de que antes las hacía...
Y es, lo primero que surge en las terapias cuando se pregunta: ¿cuándo fue la última vez que se han dado tiempo para ir al cine, pasar una velada solos, escaparse una noche o un fin de semana a un hotel?
―¡Vaya! ―contestan.
Lo habían olvidado.
Y mucho se complica el tema cuando se trata de personas con hijos de anteriores parejas.
Entonces... ¿La cuestión está en reencontrarse? Emparejarse, otra vez, con la misma persona, es difícil. Pero puede resultar divertido, agradable, compensador... y acaso, imposible.
Una buena película: terapia en celuloide. Por cierto, esos dos, los de la foto, al pie de este artículo somos Ernesto y yo. Una vida juntos. Estuvo bien. Gracias cariño ¿qué haría sin ti? Porque esta es la verdad: ¿quiénes seríamos sin esas personas que están a nuestro lado y para las que nosotros también estamos?
Pues, que ustedes lo pasen bien, viendo la película. Lo dicho: terapia en celuloide.

«No es tan facil»: una película de la guionista y directora Nancy Meyers, autora de «Cuando menos te lo esperas» y «The holiday». El título original: It's complicated. el año:2009.

PRESENTACIÓN

A comienzos de abril de 2011 se inicia este blog sobre Cine y psicología. Nace por mi interés en ambos temas. Había comenzado a desarrollar este tipo de artículos en mi otro blog de temas de psicología, terapia y Constelaciones Familiares.
Como entiendo que los lectores que acuden a aquel blog y también al de Fénix -El resurgir de la cultura- en donde se reproducen mis artículos, he preferido separarlos, al ser estos más específicos y relacionados a un tema concreto como es el cine.
Dicho esto, sólo me queda subir las primeras entradas.